ROMPIENDO CADENAS (LA HISTORIA DE ISABEL-parte 1)

in #life6 years ago

19512558_1306694386095573_464921093_n.jpg
"Estoy dispuesta a declarar , dije mientras movía con inquietud la tarjeta entre mis dedos, inmediatamente mi compañera me acercó su teléfono a la vez que asentía con la cabeza sin emitir sonido alguno.
Minutos después llegaron a tomar mi declaración,

-Me alegra que te hayas decidido, sé que tienes miedo, pero es lo mejor, puedes empezar en el momento que desees…- dijo el agente y se sento a mi lado mientras hacia una seña a su compañero para que tomara nota.

-Me llamo Isabel siempre fui una niña tímida, educada de forma rigurosa por mi padre y de forma temerosa por mi madre, crecí en una familia muy religiosa y apegada a buenas costumbres, pero que rayaba en el fanatismo religioso, mi padre fue sumamente estricto, y nunca me dejó convivir con nadie fuera de nuestro circulo religioso, tras mucho insistir y gracias al apoyo de mi madre me permitió estudiar enfermería.

-Todo empezo un domingo por la mañana, llegábamos al templo cuando accidentalmente tropecé con José, o eso creí en ese momento, apenada me disculpé, pero él me dijo que había sido su culpa y que me rogaba permitirle compensar su torpeza.

José era un joven atractivo y apreciado por todos en la congregación, caballeroso y siempre estaba de buen humor y dispuesto a apoyar en la iglesia.
Ese día me invito a tomar un helado, pidiendole permiso a mi padre, mi padre dijo inmediatamente que sí, me sentí incómoda en ese momento, pues yo apenas había cruzado palabra con él, y nunca antes había salido con ningún chico, pero pronto me alegré.
José parecía tener todas las cualidades que un hombre de fé debe tener.

El lunes por la tarde paso por mí-Dos helados de vainilla por favor- José pidió al joven que nos atendía
-pero yo quiero chocolate-dije tímidamente
-oh lo siento, pensé que no comías chocolate para cuidar tu rostro-me dijó
Está bien-respondí sonrojada, pensé que él consideraba lindo mi rostro, creo que empezó a gustarme, nunca nadie me había dicho que tenía un lindo rostro, tampoco él, pero me sentí bonita en ese momento.
-solo tomaremos un helado y volveremos a tu casa, no quiero dañar la confianza que tu padre ha depositado en mi,
-estoy de acuerdo, nunca antes me dejó salir con un chico-, le respondí
-lo sé, es por eso que me he fijado en ti, estoy seguro que eres una joven pura y la más recatada de la congregación-me dijo mientras su mano acariciaba mi mejilla.

-El siguiente domingo, José encontró la manera de que mi padre me diera permiso de salir nuevamente con él, y así cada semana durante un par de meses, y me enamoré de él.