Esta fotografía fue tomada el 24 de agosto de 2018, un día después del cumpleaños de Nathaly, mi casa se llenó de alegría y risas. Todos mis hijos, incluso Nathaly vinieron desde sus ciudades y estábamos reunidos para celebrar este día tan especial. La foto que tengo de ese día captura un momento de pura felicidad familiar, mis hijos y mis nietos. Nuestras sonrisas son genuinas y nuestros ojos brillan con el amor que nos une, aunque sinceramente yo estoy en esa foto muy seria.

Esa foto, tomada en el mirador, un sitio que está en frente al río Orinoco, es más que una simple foto donde estamos allí reunidos. Para mí es un gran tesoro que tengo guardado con mucho cariño, ya que guarda un momento único en el tiempo y un recuerdo que en una fotografía impresa, pero también digitalmente por siempre. Cada vez que la veo, me transporta a ese día lleno de felicidad y me recuerda la importancia de la familia y esos momentos que compartimos juntos, escribo esto, pero a su vez tengo nostalgia porque desde esa fecha no hemos podido reunirnos otra vez, el tema país y estos demonios que nos gobiernan han hecho que viajar de un lugar a otro sea casi imposible, el tema de la gasolina aquí en ciudad bolívar sigue siendo terrible.

La inundación del Orinoco ese año fue un evento extraordinario que marcó a nuestra ciudad. Sin embargo, para mí, lo más importante fue la oportunidad de compartir ese momento con mis hijos y con mis nietos. Esta foto para mí es un recordatorio de que, incluso en los momentos más difíciles, siempre hay motivos para celebrar la vida.