"Una imagen, una historia"

in WORLD OF XPILAR5 days ago


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Lanzar burbujas de jabón al aire me lleva hasta mi lejana adolescencia donde este simple acto era lo más cercano a un juguete que teníamos.

Hacíamos competencia, mi hermana y yo, y casi siempre ella salía victoriosa, tenía una facilidad innata para reproducir el agua de jabón en verdaderas nubes que flotaban a nuestro alrededor.

Estaba entrando yo en los años de rebeldía, en esos que nos enseña que la ingenuidad es importante pero que no nos logra hacer escapar de la realidad y de los problemas que nos afectan, al ser parte de una familia disfuncional que se mantenía como el equilibrista en la cuerda, siempre a punto de caer.

Las burbujas, tal vez y pensándolo en la distancia, eran alegóricas a esa situación, se mantenían por la fuerza del oxígeno y el calor y explotaban en un determinado momento antes de caer al piso arrastradas por la fuerza de gravedad.

Pero igual nos alejaban por minutos del entorno que como caníbales nos deseaba engullir, aprovechándose de la impotencia que por razones de edad poseíamos pero impedida de cumplir ese deseo por ese manto invisible que arropa a todo niño y lo protege del desastre, su inocencia.

Fueron años hermosos donde la hermandad logró hacernos fuertes cuando éramos débiles y nos transportó a mundos imaginarios que vislumbrábamos como un futuro en el cual navegábamos como audaces exploradores y lográbamos cruzar el umbral de lo imposible, cambiando todo aquello que alguna vez nos hizo mal.

Una simple distracción creada con agua y jabón era un escudo y a la vez una máquina del tiempo que nos aislaba de lo mundano y nos transformaba en feroces competidores que aspiraban llenar de burbujas el cielo para que este dejara de ser oscuro y tuviera la claridad de los deseos.

Esos momentos son inolvidables, sobre todo cuando me transportan a la sonrisa de mi hermana, apagada por el destino unos años más tarde, y me hace recordar ese espíritu valiente que me transmitía ilusiones que nunca pudieron cumplirse.

Los años son crueles porque van borrando de nuestra mente experiencias de nuestra temprana edad, guardando en el fondo de nuestro subconsciente épocas que forjaron como el acero nuestro futuro y nos dieron la templanza que la experiencia nos ha regalado.

Jugar con burbujas de jabón ha tenido el poder de hacerme viajar en el tiempo, de traer días en los cuales la sonrisa era fácil, a pesar de los obstáculos que significaba la realidad circundante y me ha dado la frescura de las reminiscencias de la hermandad.

He sido polizón por segundos de ellas, viajando en su interior para vislumbrar el suelo desde la altura poseyendo un minúsculo tamaño y de cabalgan sobre las moléculas de gas de dióxido de carbono que hacen posible mantenerlas a flote.

Han sido minutos mágicos, una puerta al pasado y a momentos que añoro se repitan pero que lamentablemente no volverán, porque el tiempo es verdugo de lo ocurrido y no permite que podamos regresar a través de él.

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