Rosa observaba desde lo alto de la montaña como Eduardo paseaba con su nueva novia, y a medida que los veía pensaba en todo aquello que le había prometido a ella, un amor eterno que no llegó ni a fin de año, y apenas hacia un mes que habían terminado y él ya tenía un nuevo amor, ¿o será que ya lo tenía estando con ella?

Esos pensamientos la estaban envenenando por dentro; y mientras ella se consumía por la ira y la frustración, él estaba feliz con su nueva vida y sin mirar atrás, sin mirarla a ella, sin pensar en cómo se sentía, simplemente siguió su vida y la de ella se detuvo.

^{Imagen tomada de la publicación de @solperez}

Un torbellino de emociones era lo que sentía en su interior, ese mismo torbellino la hizo reflexionar, pues ella estaba igual que Eduardo, tampoco estaba pensando en ella, solo vivía amargada pensando en lo que vivió con Eduardo y en la nueva vida de él, se había olvidado de ella misma, para sumirse en la desesperanza de un amor que no fue amor y eso debía cambiar.

Ese fue el inicio del cambio de Rosa, pero no pasó de un día para otro y tampoco fue fácil, fue muy doloroso, pasaron muchas lunas, pero al final ella se encontró a si misma, sanó sus heridas y simplemente volvió a vivir, por ella y para ella.

Esta es mi participación en el taller de la amiga @solperez, quien nos invita una vez mas a crear a partir de tres grandes obras, inspírate, anímate a participar, acá te dejo el enlace

Invito a los amigos @casv, @enrisanti y @zory23

Gracias por leerme, te deseo salud y bienestar; además de éxito en todos tus proyectos de vida.

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^{Banner cortesía de @blessedlife}